La Academia Diplomática de Chile y su Director Emb. Pablo Cabrera me invitan a dar un Curso de Liderazgo en El Salvador, organizado en conjunto con IEESFORD (Instituto especializado de estudios superiores para la Formación Diplomática) de dicho país...Gran oportunidad y un regalo conocer ese país pero sobretodo a sus gentes y junto con ellos a diplomáticos de otros países de la Región.
Se formó un grupo importante. Hubo personas de Panamá, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Belice, Republica Dominicana, Honduras y por supuesto de El Salvador. (Ojala no se me olvide ninguno.) Personas de distintas áreas de las respectivas cancillerías, consulados y otros organismos regionales. Expertos en Relaciones Internacionales, Política exterior, Tratados y Límites, Migraciones, Bibliotecas, Informática, Asuntos Jurídicos, Protocolo, Cultura y otros administrativos de alto nivel.
Veníamos a hacer un Curso de Perfeccionamiento en Habilidades Directivas. Una importante y nueva iniciativa de ambos organismos convocadores y de sus entusiastas respectivos Directores. Con una coordinación impecable, a cargo de la eficiente, encantadora y poderosa Natalia Escobar de la Academia chilena y también personas de allá, para nosotros los docentes, por supuesto era un gran desafío, dado el nivel y la trayectoria de los participantes y de los organismos en juego.
Por eso he querido hoy dibujar algunas pinceladas sobre mi experiencia. Como recalcamos y aprendimos en el taller, sólo puedo contar mi visión de lo vivido, la que anticipo como una experiencia sorprendente y estimulante.
Como psicóloga, sólo puedo enseñar desde el ser que somos. Por tanto, mi mirada del Liderazgo parte de la persona, desde lo que cada una es y tiene para aportar al mundo. Podemos aprender innumerables técnicas, con manuales acabados sobre qué debe hacer un líder pero si esa persona no es capaz de autoobservarse y transformar sus prácticas poco va a lograr y menos inspirar a otros.
Mi anhelo era que de ese Taller salieran personas distintas de las que llegaron, no sólo llenas de nuevos conocimientos teóricos y académicos, sino también más conscientes de si mismos, de sus recursos y capacidades y de las áreas donde seguir profundizando y aprendiendo.
La mente es muy mecánica y tendemos a hacer y repetir más de lo mismo, a veces lo mismo que aprendimos desde pequeños. Desarrollamos habilidades, fortalezas y tenemos hábitos que durante mucho tiempo nos son útiles, sin embargo luego, si queremos seguir evolucionando en nuestro camino, necesitamos revisar, qué nos sirve, qué ya es hora de soltar porque está obsoleto o nos deja apegados a formas rígidas de funcionar, sin desarrollarnos ni avanzar.
El curso invitaba a aprender desde todas las dimensiones del Ser, la mente por cierto, pero también el cuerpo, las emociones y el espíritu. Estuvimos mas allá de los importantes roles que cada uno tiene y pudieron mirarse, y relacionarse desde su ser persona. Un grupo responsable, comprometido, reflexivo y tremendamente participativo.
Trabajamos así con distintas formas y metodologías. Partimos con el video sugerido por mi amigo músico, Ernesto Acher, sobre Ricardo Muti, director de orquesta italiano que habla sobre “El arte de Dirigir”. Con humor y profunda inspiración nos invitó a descubrir el sentido profundo de ese arte, aplicable por supuesto a cualquier Liderazgo.
Luego, y en distintos momentos hicieron un trabajo más interno. Ahí me tocó ayudar a cada uno a trabajar con su yo, mirándose y auto-observándose en sus habilidades y competencias, tomando conciencia de su identidad y de la posibilidad de diseñar la Identidad publica que quieren, de acuerdo a cómo quieren ser vistos en el mundo.
Ser líder implica un proceso continuo de aprendizaje y de diseño. El autoconocimiento permanente lleva al líder a descubrir el observador que es y ver como también puede ampliar ese observador para enriquecer su mirada, potenciar sus fortalezas , aprender de la diversidad y construir mundo con otros.
Fuimos así descubriendo que el liderazgo que inspira, transforma y crea nuevas posibilidades de mundo implicará habilidades en áreas estratégicas y de gestión, pero también y en forma muy significativa, en habilidades interpersonales y de comunicación, así como en el desarrollo de la calidad y conciencia personal, de modo de desarrollar un liderazgo nuevo, resonante con sus colaboradores, más humano y generador de sentido..
Y en ese trabajo el descubrimiento más importante para mi fueron las personas. Descubrí en cada uno de ellos y ellas un mundo que sólo me dejaron ganas de seguir conociendo y profundizando. Mujeres bellas, inteligentes, alegres. Profesionales responsables y preocupadas de su trabajo, de aprender y también de sus mundos privados. Algunas más dependientes y tradicionales, otras aguerridas, combatientes, con su dolores y heridas a cuestas. Hombres aplicados, profesionales preparados muy seriamente y al mismo tiempo, capaces de reír, de bailar y entrar en temas personales y de la vida cotidiana, esos temas que nos igualan a todos.
Me gustó ver cómo se fueron soltando y mostrando, unos más fácilmente, otros más cautelosos, acostumbrados a formas tradicionales de enseñanza, pero todos al fin ávidos de descubrir nuevas cosas en ellos, en los otros.
La experiencia de escucharse atentos, con respeto, abriéndose a las diferencias y compartiendo lo común me conmovió. Me gustó ir viendo sus caras cómo iban cambiando, sus facciones relajándose. Me sorprendió como cambiaron sus cuerpos hacia al final. Se levantaron apropiados a hacer sus compromisos, más empoderados y seguros de lo que son y tienen para aportar a este mundo que les tocará construir en conjunto, de aquí para adelante.
Me sorprendió también, su flexibilidad para abrirse a los distintos estilos y a las distintas experiencias. Al principio quizás algo tímidos, como era lógico, pero poco a poco fueron confiando , conectándose con nuevos recursos personales, pudiendo abrirse, escucharse, soltar el cuerpo y jugar.
En este espíritu pudimos coordinarnos a través del movimiento y el baile (gracias también a nuestra estupenda “coreógrafa”, Edilma, de Panamá) o trabajar en equipo, negociando e integrándose con lanas o construyendo puzzles, ese inocente juego infantil, que nos puso a todos de cabeza, aplicados y concentrados y les hizo sacar importantes conclusiones.
Jugar no por jugar, sino para descubrir a través de ellos que jugar es algo muy serio y equivalente a lo que hacemos días a día en nuestras vidas.
Sus recursos estaban disponibles, habilidades instaladas se despertaron y ellos hoy, si siguen profundizando las prácticas aprendidas, sin duda podrán reafirmar y reinventar su identidad de líderes y también seguramente su identidad regional.
Adelante a todos!
Ahora les toca sólo atreverse…atreverse cada uno, desde su lugar, a ser los líderes que son.
Hubo personas, países, pero también estaba la Región: Centroamérica y parte del Caribe. Personas de esta parte de América con historias diversas, una naturaleza pródiga, culturas milenarias, héroes míticos y también guerras liberadoras, algunas muy recientes, cuyos duelos aun no terminan. Un mundo tremendamente vivo, interesante y nuevo para mi.
Quedo con esperanza porque vi lo que son y todo su potencial.
No me cabe duda que harán juntos cosas grandes como región.
Espero sigamos en contacto creando nuevas instancias de encuentro y aprendizaje pero también construyendo juntos con nosotros los chilenos.
Por lo que cuentas parece que fue una fiesta de aprendizaje, diverso en materias, diverso en miradas, entretenido, una situación de encuentro y ampliación de redes incluso. Gracias por compartirlo y felicitaciones por lo logrado.
ResponderEliminarGracias, así fue Gabriel...una gran experiencia humana y profesional.
EliminarEn la próxima aventura te incroporas tú con las redes
Este curso fue una experiencia enriquecedora, no solo en el plano académico sino en vivencias, gracias Carmen, Francisca, Natalia!
ResponderEliminarSaludos desde Nicaragua! Renee
Gracias Carmen y extensivo a Francisca, a Natalia, a Samuel y al equipo de apoyo. A todos por tu tiempo e inspiración hacia con nosotros.
ResponderEliminarSaludos, Alvaro (República Dominicana)
Estoy leyendo.
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