domingo, 5 de julio de 2009

Empezar de nuevo...

“Enséñame a empezar de nuevo, a romper los esquemas del pasado, a dejar de decirme e mi mismo que no puedo cuando puedo, que no soy cuando soy, que estoy atado cuando soy eminentemente libre.”
Rabí Rachman de Breslau (1772-1810)


sábado, 4 de julio de 2009

La Riqueza y Alegría de Ser Mujer

Mujer y Ciclos

“La mujer no nace, sino se hace”, dice Simone de Beauvoir…Esa frase nos sugiere de inmediato la idea del devenir, de un proceso en la vida de la mujer, un proceso que se va desplegando a lo largo de la vida y va pasando por distintas etapas.



La invitación es a entrar en ese proceso, como un viaje de autodescubrimiento de lo que somos, como personas, como mujeres. Para hablar de él, ocuparemos un modelo para orientar nuestro camino. Haremos la analogía de los ciclos de vida de la mujer con los ciclos de la luna, ese símbolo, femenino por excelencia, que encierra toda la energía y los misterios del ser mujer.



Somos seres en constante transformación.

Como todo lo vivo, somos cíclicos, vivimos en un continuo proceso de nacimiento, crecimiento, plenitud, declinación y muerte, para volver a nacer, a surgir transformados en un nuevo ser …esto es lo que veremos aquí, iremos visitando en la vida de la mujer, en nuestras vidas, todas esas “fases lunares”, adentrándonos en el misterio, la riqueza, las crisis y desafíos que implica cada una de ellas , para enriquecernos de ese descubrimiento y potenciar nuestra vida y la etapa en que nos toca vivir hoy.

Veremos cómo esas fases de luna nueva, creciente, llena, menguante se va dando en nosotras a lo largo de la vida y del proceso del vivir y los años. También veremos cómo esas fases se dan día a día dentro de cada etapa de vida. Es decir, entraremos en nuestra mujer niña, mujer adolescente-joven, en la mujer adulta-plena, mujer y madre y la mujer vieja, sabia y realizada hacia el fin de la vida. Veremos su potencia, su creatividad, su magia.



Al mismo tiempo descubriremos cómo en cada etapa podemos experimentar a la vez, el ser creciente, plenas, o menguantes. También cómo en distintas áreas de la vida, vivimos ciclos de crecimiento, declinación, muerte y renacimiento. Cuanto de niña, de mujeres maduras o viejas sabias somos en el momento de hacer pareja, de trabajar, desarrollarnos en el mundo, o ser madres? Cuanto nos aferramos a ciertas etapas y no nos atrevemos a crecer? o cuánto nos enamoramos de la plenitud, sin advertir que hay ciclos que terminan, procesos que deben morir para dar paso a lo nuevo, a una transformación o una nueva síntesis, que nos lleva a estar más integradas, más completas….



Aprendamos a ver la riqueza y creatividad de cada etapa



Si bien como decíamos al inicio, el ser mujer en plenitud, se va haciendo a lo largo de la vida, no es menos mujer, la mujer niña o la mujer joven o la mujer vieja…lo importante es descubrir en cada una de ella su poder y su sabiduría. En cada niña están ya los recursos y potencialidades, está la semilla de su poder esencial y de ahí lo importante que es develar (correr el velo) de esa energía profunda escondida en cada fase para que se vaya incorporando al crecimiento. O bien si ya no somos niñas, descubrir esa libertad y espontaneidad que quedó atrapada y sofocada, para poder integrarla a nuestro ser actual.



La invitación es a tomar conciencia de nuestro ser total, desde nuestro cuerpo, asociado a la tierra y a los sentidos, nuestras emociones, necesidades y motivaciones , hasta nuestra mente e intuición y para llegar a nuestro ser trascendente, el encuentro con esa energía femenina, que va más allá de nosotras, que es parte de un todo que se integra a la energía masculina del universo. (Nuestra energía lunar integrada al sol)



Sólo seremos mujeres en plenitud en la medida que vayamos viviendo y aceptando las crisis, desafíos y tareas que implica cada fase de la vida y al mismo tiempo integremos esa energía y sabiduría que cada etapa propone y manifiesta.

El aferrarnos a algunas fases más que a otras, nos priva de la experiencia profunda de que somos vida y muerte, que somos ciclos, que no somos seres estáticos y terminados, sino somos, en cuanto nos movemos y transformamos cada día que nos toca vivir.

No hay etapas mejores que otras, todas son importantes y necesarias para continuar con el ciclo de la vida que, como seres vivos, partes del universo, nos toca vivir.



Las invito a este viaje que iremos desarrollando en un ciclo de artículos a lo largo de los próximos meses.

Quédense ya reflexionando sobre su ciclo de vida y también donde y cómo se manifiestan su ser niña, su ser mujer plena o su ser maduras y sabias…

Les aseguro será una linda experiencia…

Hasta pronto!

Carmen Pinto, psicóloga

“Los círculos de mujeres pueden acelerar el cambio de la humanidad.”





Entrevista a Jean Shinoda Bolen, por Ima Sanchez , Diario La Vanguardia.

“Un círculo digno de confianza tiene un centro espiritual, un respeto hacia los límites y una poderosa capacidad de transformar a las mujeres que lo constituyen.”



Jean Shinoda Bolen tiene 68 años. Es de familia japonesa y nació y vive en Los Ángeles. Doctora en Medicina, analista junguiana y profesora de Psiquiatría en la Universidad de California, está divorciada y tiene dos hijos. Cree que Iraq es Vietnam repetido una y otra vez, y que es una pena que tengamos que aprender a través de tanto sufrimiento. Dice que la espiritualidad une y las religiones dividen. Pero llega más lejos cuando dice que está convencida de que la era patriarcal toca a su fin.



-¿Quejarse es perder el tiempo?

-¡Claro!



-Hay mucho que aprender...

-Por eso a mi me interesan las mujeres maduras, con humor y activas. A partir de los 40 años empieza lo mejor si eres capaz de darte cuenta de la cantidad de cualidades potenciales que hay dentro de ti. Entonces te entran ganas de convertirte en bruja.



-No se yo...


-Se lo diré de otra manera: una bruja es una persona con poder personal.



-Eso me gusta.

-Las brujas sabias dicen la verdad con compasión, y no comulgan con lo que no les gusta, pero no tienen la rabia de las mujeres más jóvenes. Algunos hombres excepcionales pueden llegar a ser brujas, los que tienen compasión, sabiduría, humor y no están supeditados al poder.



-¿Algo más?

-Sí. Las brujas sabias son capaces de mirar hacia atrás sin rencor ni dolor; son atrevidas, confían en los presentimientos, meditan a su manera, defienden con firmeza lo que más les importa, deciden su camino con el corazón, escuchan su cuerpo, improvisan, ni imploran, ríen, y tienen los pulgares verdes.



¿..?

-Quiero decir que tienen mano con las plantas. Y también con los animales. Primero aprenden a amar lo que hacen, luego alientan a otros al crecimiento. Saben reconocer lo frágil y lo que tiene valor, y también lo que debe ser podado.



-¿Hay que esperar a la vejez para ello?

-Cuanta más edad, más camino aprendido. La observación compasiva de la vida de los demás te enseña mucho, y las mujeres sabias se pasan mucho tiempo observando. Algunas mujeres, muy pocas, son sabias a partir de los 30 o 35 años; esas a los 60 son increíbles.



-¿Qué nos quiere transmitir?

-Que las mujeres tienen la oportunidad de cambiar el mundo en las próximas décadas. Pero que si no lo hacen ya, probablemente ya no lo harán.



-¿Por qué dice eso?

-Tras el extremo feminismo de los 70, ahora el péndulo se haya en el centro por eso tenemos que aprovechar este momento. Las mujeres que se lo permiten pueden hoy llegar al equilibrio, a ser completas, fuertes y vulnerables al mismo tiempo.



-¿Un camino colectivo?

-Por supuesto. No tengo la menor duda de que un pequeño grupo comprometido puede cambiar el mundo. En realidad, así ha sido hasta ahora.



-¿Y cuál es el secreto para lograrlo?

-El millonésimo círculo. Yo aliento a las mujeres a formar círculos que tengan un componente espiritual. Simplemente escuchando los problemas, anhelos y miedos de otras mujeres y contando los tuyos, adquieres fuerza.



-Perdone, pero por qué en un círculo.

-
Cuando uno está sentado en círculo y en silencio se da cuenta de que hay una conexión espiritual con poder transformador. Yo pertenezco a uno desde hace 18 años: encendemos una vela, guardamos silencio, contamos lo que nos preocupa, debatimos, y juntamos nuestras energías con un propósito.



-¿Convocan el poder interior?

-Interior y exterior. La espiritualidad, la física cuántica y el budismo dicen lo mismo: Todo y todos estamos interconectados y por tanto lo que cada uno haga influye en el mundo. Los círculos de mujeres transforman el mundo a través de la activación del campo mórfico de la teoría de Rupert Sheldrake.



-¿El centésimo mono? (o el mono 100)

-Sí, este biólogo desarrolló la hipótesis de que cuando una masa crítica de monos llega a un determinado conocimiento, este se transmite de forma intuitiva e instantánea a todos los miembros de su especie. Del mismo modo, un número crítico de círculos de mujeres puede activar las cualidades femeninas tan necesarias para que el mundo cambie.



-¿Por qué no círculos mixtos?

-Entre mujeres hay una conexión natural. Algunos estudios evidencian que cuando una mujer que sufre estrés habla con otra mujer, ambas liberan la hormona de la maternidad que provoca que el estrés descienda.



-Curioso.

-Si las mujeres estuvieran implicadas en los procesos de paz, todo sería más fácil, pero si los que la negocian son “machos alfa”...!

-¿Qué ocurre cuando se encuentran un hombre y una mujer estresados?

-Cuando un hombre estresado se encuentra con otro, segregan testosterona, que provoca huída o enfrentamiento. Pero si ese mismo hombre se encuentra con una mujer que le comprende, una bruja sabia, su adrenalina baja y su autoestima sube. Y basta solamente con que se siente a su lado.



-Es bonito eso que dice.

-Estamos llenas de recursos poderosísimos a los que no prestamos atención, como por ejemplo el conocimiento intuitivo. Estos conocimientos se pueden desarrollar en los círculos.



-¿Que camino interior propone?

-Sea auténtica, sea consecuente con su persona interior y averigüe qué quiere hacer con su preciosa vida. Desde fuera intentarán contestar por usted a las preguntas esenciales, no lo permita. Desvele qué tipo de arquetipo domina en usted.



-¿A qué se refiere?

-Sus patrones internos, que yo resumo en siete arquetipos de diosa. Cada mujer tiene dos o tres dominantes, que van desde la autónoma Artemisa y la fría Atenea, hasta la nutritiva Deméter, la creativa Afrodita, o Hera, la diosa del matrimonio. (Nota de la redacción: Podéis hacer este trabajo con su libro Las diosas de cada mujer).



-No será tan simple.

-No. Pero si podemos llevar una vida en la que el arquetipo dominante y nuestro rol en la vida coincidan, nos sentiremos satisfechas.

Ima Sanchez, Diario La Vanguardia. España