jueves, 25 de octubre de 2007

Cordoba...el ALMA andalusí



Tarde increíble!
Entramos a Córdoba por la Puerta de Almodovar.
Es fin de semana y donde voy a quedarme? ... Pero mi Angel protector ya se ha ocupado...Llego nada menos que a un hostal u hospedería, como les dicen aquí, que se llama "ALMA andalusí" .
Como sabemos, nada es casual. Es aquí donde tengo que estar. Isabel, la dueña, me recibe alegre y acogedora.




La ciudad de Córdoba es encantadora. Introducirse y perderse por las callecitas de la "Judería" es lo blanco, lo verde, las flores, los balcones, lo cristiano, lo árabe, lo judío, y lo andaluz que al fin y al cabo es todo. De ahí de pronto entro en una Casa del S. XII , diez siglos de historia que nos cuenta de la vida y costumbres.

Ahi está la réplica de una antigua manufactura de papel, "cuando los molinos del Guadalquivir, por divina trasmutación de la materia en espíritu, molían trapos para hacer pasta de papel, portadora de libros...".




Así paseo, descubro rincones, vida, luego me siento a escuchar el agua y leer textos de sabios árabes y sufis. Sin duda lo árabe es el agua... como lo judío, el intelecto. (ya escribiré más de eso).
Pero la experiencia más importante de Córdoba es su gente!
Vuelvo al Hostal. Está Isabel esperándome para salir a comer (almuerzo en chileno). Vamos a encontrarnos con una amiga. Y ya está! Ella, Nona, su amiga y yo, en una placita, tres cervezas y su perro. Y el encuentro es fulminante y mágico! Simplemente mujeres que se encuentran y comparten la vida, las etapas, los amores, la soledad y felicidad de ser mujer.

Es una danza sagrada, loca. Tres mujeres de distintas edades, ahi conectadas como si se conocieran hace siglos. Y además las tres, "cancerianas", es decir, nos "sabemos", nos " sentimos" y "sufrimos" del mismo modo... sabias en amores, vínculos, romanticismo y sensibilidad! Que importa de donde venimos, qué edad o qué historias tenemos. Cada una es bella, guapa, poderosa y generosa , viviendo y amando como puede y cree saber.
Es genial, divertido. Somos cómplices de quizás qué misterios ancestrales que nos han unidos hoy...estamos ahí juntas compartiendo la risa y el llanto, los "éxtasis" y los "horrorres", porque eso es ser mujer, danzar entre la vida y la muerte.

Las cervezas no bastan. Vamos a comer juntas a la Taberna de Casa Bravo. Hay mucho más que compartir. Almejas, boquerones, rabo de toro, patatas... comidas nuevas que aprendo a comer...todo delicioso. Nos sentimos "amigas", compañeras de ruta... Coronamos con un Pedro Jiménez, (vino dulce esquisito) y los amigos del restaurant. Es un lugar encantador, donde llega mucha gente distinta y que será nuestro punto de reunion muchos días cordobeses.










Y está Juan, con su guitarra y está Alvaro, el poeta, Curro, el abogado, Eduardo, el consultor, catedrático y amigo de Les Luthiers. Mujeres entre amigas o con esposos, hijitas que bailan y baten palmas. Llega mucha gente. No importa de donde vengas, la edad, el oficio o condición, todos son bienvenidos aquí. Se come , se toma, se conversa y se canta sobre el goce de estar vivos.

Empiezan las sevillanas, Isabel y Nona se levantan... Es tiempo de bailar ! Es apasionante. La femeneidad en pleno . Como si los hombres cantaran y batieran palmas, mostrando su fuerza y su arte para que la mujer saque lo mejor de ella. Todo se vive con la pasión del flamenco y otros cantos! Pura vida aquí!



...Y se viene la tarde, los cantos y bailes siguen resonando en mi. Recorro las calles y de pronto me siento atraída por otros cantos... llego a un claustro cargado de floripondios blancos y entro a la capilla donde monjas de claustro, jóvenes y viejas, cantan "las vísperas"... me siento y me recojo... Pienso... otra forma de ser mujer en España....

Me gusta este país, porque las mujeres son bien Mujeres y los hombres bien Hombres y Olé!

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